Me gusta pensar que estás sonriendo...

domingo, 30 de enero de 2011

No todos tuvieron la misma suerte...

Algunos, incluso, se quedaron sin palabras, hubo quien las cambio por malas caras y quien no tuvo tiempo de soltarlas.
Siempre se le queda la huella en la espalda a quien llevó una gran carga, junto a la sensación de que ese peso no desaparece.
Esta vez te puedo asegurar, como todas las anteriores veces, que esta pequeña carga seguirá siempre cerca, puede que la veas en la espalda de otros, pero siempre sera también tuya, siempre será la carga de muchos.
Es la carga concreta de uno mientras sigue siendo la de muchos otros.
Ya lo dije mil veces, un siempre no tiene otro significado.

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